martes, 27 de mayo de 2008

Chimay Triple


Originalmente, y como algunos podrán recordar (si es que alguien lee esto), me puse como objetivo investigar para diseñar una receta de tripel. Un aspecto de ésta investigación (el más sacrificado) consistía en buscar ejemplares comerciales de éste estilo. Cuestión es que los tiempos se solaparon, puse el carro delante de los caballos, y termine cocinando la receta antes de poder probar todas las “muestras”. Una de las que quedó pendiente de tomar fue la Chimay Triple.


A la Triple, como la mayoría de los productos Chimay, tiene varios “alias”. De hecho, es más conocida com “Chimay Blanche” por el color de su tapita (blanca, je), y cuando viene en las botellas encorchadas de 750 mml también se la conoce como “cinq cents” (quinientos?), debido a que fue introducida al portfolio de productos para festejar el quinientos aniversario de la fundación de la ciudad de Chimay (en la decada de 1960).



Chimay es la cervecería trapense más conocida de todas, y la más activa comercialmente. Su producción anual es de unos 135.000 hectolitros anuales, entre sus 4 productos (3 de ellos disponibles comercialmente) además de producir quesos y otros productos artesanales.

En cuanto a la Triple, sus parámetros vitales, según “Brew Like a Monk” son los siguientes:

OG: 1069
Alcohol (% b/v): 8.2
AA (%): 89%
Color (SRM): 8.5
IBU: 35

Como se ve, alcanza una graduación alcoholica sorprendentemente alta con una OG (“Origina Gravity”) relativamente baja. Esto se explica por el elevado grado de Atenuación Aparente (el porcentaje de azúcares que “se come” la levadura durante el proceso fermentativo). A ese nivel de atenuación y con el relativamente alto nivel de amargor (medido con los IBUs) se obtiene una cerveza refrescante, fácil de beber y “digestiva”. Según los propios cerveceros belgas, los secretos para obtener este tipo de cerveza son dos:
El manejo de las levaduras. Se trabaja mucho sobre el tamaño del inoculo de levaduras (la “cantidad” de levadura que se “agrega” al mosto para comenzar la fermentación primaria) y la cepa empleada (son en general levaduras muy trabajadoras). También hacen mucho hincapié en la temperatura de fermentación, mientras más cerca este del tope máximo del rango de trabajo, mayor sera la capacidad de atenuación de las mismas. Claro que esto puede traer consecuencias no deseadas (alcoholes superiores y compuestos fenolitos en exceso o desagradables al paladar, entre otras cosas), pero hay un nivel de equilibrio muy bien manejado por éstos cerveceros.
Otro aspecto a considerar es la utilización de azúcares. Los azúcares (los más simples de ellos por lo menos) son muy faciles de metabolizar por la levadura cervecera, de hecho se los “come” casi en su totalidad, por lo que ayudan a subir el tenor alcoholico de la cerveza, pero sin recargar el cuerpo, incluso haciendo al conjunto un poco más liviano. A los maestros cerveceros belgas no les tiembla el pulso a la hora de utilizar el azucar para conformar sus mostos, y no es raro ver recetas con hasta un 15% de azucar como parte de los fermentacibles.

Ahora vamos a la cerveza:


Apariencia: ligeramente turbia, color dorado/ anaranjado y una imponente, blanca espuma. (4/5).

Aroma: especiado, fuertes notas a cilantro y algunso toque fenólicos. (7/10).

Sabor: especiado, cítrico y un final dulce-amargo. Un ligero toque de lúpulos terrosos. El alcohol calienta un poco. (8/10).

Paladar: refrescante, muy fácil de beber, chispeante, cuerpo medio. Final seco. (4/5).

Balance General: refrescante, especiada y excelente tripel. (16/20).

La nota final es de 3,9.

2 comentarios:

caffaras@gmail.com dijo...

Leí en la página de chimay que fermentan a 31°C, deben tener una excelente leva para trabajar a esa temperatura sin generar muchos alcoholes superiores.
Personalmente considero a estas cervezas como un rejunte de errores, aunque sea un pecado llamar así a estas excelentes cervezas, les encuentro sabor frutado por la fermentación a alta temperatura, sabor a oxidación, DMS, y muchos otros defectos que tratamos de evitar en nuestras cervezas, pero acá están perfectamente balanceados dando como resultado una excelente combinación de sabores.
No debe ser nada fácil la imitacion de estos estilos.
Nicolino. Excelente Blog!!!

Nicolino dijo...

Gracias por los comentarios Sebas. Te digo, no es TAN dificil replicar estos estilos. De hecho, cuando uno investiga un poco, descubrís que éstas recetas, sobre todo las trapistas, son simples casi hasta el extremo. El factor crítico es el manejo de la levadura, y eso a nosotros, cerveceros caseros argentinos, se nos complica más por no poder acceder facilmente a las cepas apropiadas.

Por otro lado, comparto con vos en que no son cervezas "prolijas" pero si excelentes. Ocurren dos cosas, por un lado se trata de cervezas llenas de personalidad, lo que hace que sean atractivas por su individualidad, y por el otro, por mas que uno siga aprendiendo, tiene siempre el preconcepto de la cultura germana de la cerveza, donde esta debe ser pristina y ejecutada impecablemente. Este tipo de cervezas son sin dudas mucho más idiosincráticas.